miércoles, 24 de diciembre de 2014

LA CENA DE NOCHEBUENA

La comida volaba por los aires, los vasos de plástico los lanzaban de un lado a otro... En la cena todos se divertían y se los veía alegres. Esas sonrisas que desaparecieron en su momento, ahora se encontraban. Era la cena de Nochebuena.
Tenten pensó en hacer una cena para Nochebuena. Para reencontrarse con los amigos y estar todos juntos sin pelearse, al menos en el campo de batalla. Los de Konoha aceptaron pero pensaron que faltaba alguien. Y era Sasuke. En esos momentos no se encontraba en su mejor momento. Preferían que nada hubiese pasado, pero pasó. Estando todos juntos, antes de la cena, Choji comentó:
-¿Y si invitamos a los senseis?
-¡Sí! -exclamó Naruto-. Con Kakashi Sensei, jaja.
Naruto tramaba algo, de las suyas.
-Podemos invitar de otras aldeas -apuntó Kiba.
-Sí, a Gaara.
-Y a Temari -saltó Shikamaru-, y a Kankuro claro.
-Entonces, hasta ahora somos...
-21 -contestó Shikamaru.
-¡Muy bien, esto era lo que quería yo! A quien más, a quien más. ¡A la Hokage!
-Noo, esto es cosa nuestra. Además, si está la va a liar bien buena.
-Es verdad, demasiado vieja. Pero podemos decirle a Konohamaru.
-No, demasiado pequeño. Nosotros 21, está perfecto.
-Primero le tenemos que preguntar a los de la arena y a los senseis, sino nosotros mismos.
-Está bien, les enviaré un mensaje a los hermanos -dijo Rock Lee.
-Bien, yo iré a decirles a los senseis.
-Voy contigo.
Algunos fueron con Rock Lee y otros a visitar a los senseis. Si estuvieran todos, la cosa se pondría muy interesante y patas arriba.
Después de pocos minutos, Kakashi y los demás dijeron que no, que ya tenían sus propios planes. Intentaron una y otra vez, pero no se les convencía. Pero parecían muy misteriosos.
Por la otra parte, los de la arena dijeron que sí, así que vendrían a Konoha para celebrarlo con sus amigos.
La cena de Nochebuena estaba por dar comienzo. Algunos estaban muy nerviosos. Pero no pasó nada. Se juntaron y estuvieron comiendo. Después de cenar, Naruto dijo levantándose de la silla:
-Ahora que estamos todos, es hora de brindar, ¡por la salud y la paz! Y por muchos más años juntos. ¡Chin chin!
Todos bebieron algo, y luego, empezó la guerra de comida. Empezando con una broma, Kiba la inició, y siguieron todos, incluida Hinata. La comida entraba en la boca de los chicos de repente, era increíble. Pero no tardaron en parar, porque las luces se apagaron. Se oyó una voz misteriosa.
-¿Qué...es...eso? -preguntó Naruto muy asustado.
Y salió un cojín volando de detrás de Naruto que le dio en todo el cabezón. Naruto, como Akamaru, se fue hacia atrás, pero detrás de Sakura.
-Sakura, tú serás mi escudo.
Y Sakura cogió una botella de cava vacía y le dio en toda la cabeza. Sonó bien fuerte.
-Toma Naruto, ¿ahora quieres que sea tu escudo?
-No sé quien da más miedo, si tu o el cojín volador -susurró.
Entonces, del suelo subieron como unas plataformas, que hizo que algunos estuvieran en lo más alto. Pero algunos se caían como payasos, bueno, algunos es verdad que en esos momentos lo eran. Y de repente salieron todos los senseis y cada uno de los chicos recibió un tartazo en la cara. Les pilló desprevenidos. Así que eso era lo que tramaban, y la guerra de comida continuó.
Todo era una risa tremenda, Kakashi riendo a carcajadas, como nunca antes se había visto, y todos los senseis mal de la cabeza, borrachos. Nunca se los había visto así, y encima con los chicos, incluido Gaara riendo, esto sí que era un milagro.
Pero Sai se puso sobre la mesa y dijo, haciendo callar a todos:
-...Hola a todos -dijo cortado con un aire de confusión-, ahora me pongo serio. Gracias por esta oportunidad estando con vosotros, y gracias por las aventuras vividas con vosotros y las que nos quedan. Habéis hecho que pueda actuar, que me emocione y que los sentimientos me vuelvan. Espero que todo esto siga durante años, y muchas gracias por hacerme un hueco en vuestro grupo.
-¡A tu Sai! -chilló Naruto-. ¡Viva! ¡Viva! ¡Viva!
Todos repitieron, y seguidamente, Gaara empezó a reír a carcajadas, provocando un silencio absoluto. No paraba de reír, se tiró al suelo, la barriga de dolía de tanto reír, incluso lloraba. Esto era la pera. Y los demás empezaron a reírse, de la gracia que les causaba la risa de Gaara.
Y la noche continuó, riendo y llorando de alegría, hasta que todos acabaron reventados. Bueno, los más moviditos. Esa noche era para divertirse y para pasárselo bien, una noche todos juntos que nunca olvidarían.

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