miércoles, 31 de enero de 2018

LOS GATOS LADRONES DE BANDAS NINJA

Naruto, Sakura y Sai estaban sentados en una terraza picando y tomando algo de beber. Mientras hablaban y estaban centrados en su conversación, algo por detrás de Sai se acercó. También de Sakura. Justo después uno de ellos se fue hacia Naruto, sigilosamente, sin que ninguno de los tres se diera cuenta, pero Sakura le vio:
-Naruto, ¿qué tienes detrás de ti?
Naruto se giró para saber a qué se refería Sakura y los tres vieron que se trataba de un gato. Había cogido la banda de Konoha de Naruto y junto con otro gato se fueron rápidamente.
-¡Ese gato me ha robado mi banda! -dijo Naruto sintiendo que no tenía la banda.
-¡Llevan tres! -dijo Sakura y tocándose el pelo:-. ¡También lleva la mía!
-La mía también -a Sai también se la robaron.
Los tres salieron disparados en busca de las bandas que los gatos les habían robado. Ya habían pagado antes, así que no hubo ningún problema en salir tras ellos inmediatamente.
-¡Esos gatos! -gritó Naruto enfadado-. ¡No pueden robar mi protector!
-¿Por qué nos los han quitado? -preguntó Sai.
-¡Porque son unos ladrones!
Llegaron a un bosque y los gatos no dudaron en esconderse entre los arbustos.
-¡Noo! Los hemos perdido.
-Se han escondido por aquí -dijo Sakura silenciosa.
Los tres callaron. Oyeron las hojas de un arbusto moverse y Naruto se dirigió hacia allí. Con sigilo, se paró justo delante y se abalanzó sobre él pero los gatos fueron más rápidos. Los dos volvieron a escaparse, uno de ellos directamente, y el otro saltó sobre Naruto y siguió su huida.
-Muy bien, Naruto...
Naruto se levantó y retomaron la persecución. Uno de los gatos era blanco y negro, y ese tenía dos bandas, la de Naruto y Sai. El otro gato, blanco y gris, llevaba la de Sakura. De repente, los dos se pararon en medio del camino y los tres ninjas, estupefactos por su parada, también. Los gatos se estaban mirando entre sí. Parecían enfadados con sus patas preparadas para luchar, pero sabiendo que los otros tres se iban a quedar mirando fijamente, en vez de pelearse, cada uno salió hacia la dirección que estaban mirando. De esta manera, Naruto y Sai fueron hacia el gato blanco y negro, y Sakura hacia el otro.
-¡Sakura, ten cuidado!
-¡Ten cuidado tú, imbécil! Que ya se te han escapado una vez.
Se separaron y persiguieron a sus respectivos gatos.

-Esto es como una misión de genin, no debe ser tan difícil atrapar a un gato.
-Bueno, Naruto... tú eres genin -dijo Sai.
-...Sí -Naruto lo recordó-... pero yo soy mucho más fuerte.
-Si conseguimos cogerle las bandas rápido, puede que sí.
-¡Lo haremos! -dijo Naruto acelerando el paso.
Los gatos también aceleraban, eran muy rápidos. Y los dos, al acelerar, se metieron en una pequeña cabaña donde solo cabían ellos.
-¡Noo! Ahora se ha metido aquí dentro...
-Podemos romperle esto -sugerió Sai.
-Supongo que aquí vivirá... -Naruto se preocupó por el gato-. No podemos destruirle su hogar.
-Es verdad -dijo Sai utilizando su técnica para crear unos ratones de tinta.
-¿Qué haces?
-Estos dos ratones entraran y el gato los perseguirá.
-Y cuando salga, lo atrapamos. ¡Bien pensado, Sai!
Los dos ratones entraron y Naruto y Sai tendrían que haber escuchado algún maullido, pero no oyeron nada. Después de unos segundos, los ratones salieron y Sai reconoció que dentro de esa clase de choza sin puerta había algo, pero no el gato. Decidieron destrozar una parte y cuando lo hicieron, vieron allí dentro, no solo sus dos bandas ninjas, sino algunas más.
-¿Esto qué significa?
-Menudo ladrón -dijo Naruto con el entrecejo fruncido-. Pero, ¿dónde se ha metido el gato?
Sai apartó las bandas y debajo de ellas había un trozo de papel, debajo del cual se escondía algo parecido a un túnel secreto.
-Se habrá metido por aquí.
-Sí -dijo Naruto cogiendo su banda y poniéndosela-, pero lo importante es que hemos recuperado nuestros protectores.
-Deberíamos devolver las demás.
-Sí.
-¿Y dejamos escapar al gato?
-Yo no lo dejaría escapar, pero viendo el agujero... creo que no cabemos.
-Tienes razón, Naruto.
-Vayamos a ver a Sakura, ya deberíamos estar ayudándola.
-Vamos.

Naruto y Sai se pusieron sus bandas y cogieron las demás. No rápidos pero tampoco andando, volvieron por donde vinieron, para llegar al cruce en el que se separaron de Sakura. Cuando llegaron no solo se encontraron con ella, sino que también estaban Kiba, Hinata, Shino y Akamaru.
-¡Hola Naruto! -dijo Kiba cuando le vio.
-Na-Naruto-kun... -Hinata se enrojeció un poco.
-¿Qué hacéis aquí?
-¿No ves que les falta algo, Naruto? -le preguntó Sakura.
Naruto se acercó a los cuatro y como si fuera un detective, les fue mirando para encontrar qué era.
-Na-Naruto, ¿qué haces?
-Investigar qué os falta... Pues no lo sé -dijo cuando se paró al lado.
-Naruto... -dijo Sakura con la mano en la cara-, ¡sus bandas ninja! ¡Se las han robado los gatos!
-¡¿Qué?! ¿Otra vez?
-Sí -dijo Kiba un poco enfadado-, estábamos paseando cuando de repente esos gatos nos han quitado las bandas.
-Y los hemos perdido... -dijo Hinata tímida.
-¡Pero no puede ser! Sai y yo acabamos de venir de coger estas bandas. A nosotros también nos las han robado.
-Ya se lo he contado -dijo Sakura.
-¿Tú has conseguido la tuya, Sakura?
-¡No ves que sí! Y también tengo estas.
-¡Nosotros igual!
-Dentro de la choza -habló Sai-, había un agujero que conduciría a alguna parte.
-Sí, yo también he encontrado uno. El gato se habrá metido por ahí.
-¿Y cómo encontramos las nuestras? -preguntó Kiba.
Akamaru olisqueó a Naruto, a Sai y las bandas que llevaban en las manos. Podían ser alguna de esas las suyas, pero no lo eran.
-Naruto -dijo Shino-, ¿os habéis encontrado al gato?
-Mmm.. ¿estás hablando tú.. Sh... Sh... Shino?
-Sí -dijo Shino pensando que no diría su nombre.
-Pues no. No lo hemos visto.
-¿Y si volvemos a las chozas de cada uno y nos metemos por esos agujeros? -sugerió Sakura.
-¡Pero si no cabemos!
-¡Pues lo haces más grande!
-Tengo una idea mejor -dijo Kiba-. Hinata, ¿puedes usar tu Byakugan para saber dónde están?
-Sí. ¡Byakugan!
Hinata utilizó su técnica para recorrer con sus ojos los muchos más metros que unos ojos normales no podían ver. Después de unos segundos observando a cada lado, vio los agujeros a los que se referían Sakura, Sai y Naruto. Eran túneles que se conectaban y llevaban a un mismo lugar. Allí vio sus bandas, otros objetos brillantes y dos gatos. Y ese lugar tenía otro túnel que conducía a un sitio diferente. A medida que Hinata lo iba viendo, se lo explicaba a los demás. Cuando terminó, volvió a sus ojos normales.
-¡Bien hecho, Hinata!
-G-Gracias, Naruto-kun -dijo Hinata nerviosa.
-¡Bien Akamaru! ¡Vamos!
-Espera Kiba, nosotros os acompañaremos.
-No hace falta.
-¡Sí! -exclamó Naruto-. A nosotros también nos robaron las bandas. No se van a ir de rositas.
-Separémonos -apuntó Shino antes de ir.
-Hinata, has dicho que había tres salidas, ¿verdad?
-Sí.
-Nos dividiremos por parejas.
-Yo ya voy con Akamaru.
-Pero es como si fuerais uno -dijo Shino-. Iré contigo.
-Yo con Sai -dijo Sakura.
-Así que yo iré contigo Hinata -dijo Naruto alegre.
-¡¿Q-q-qué?! ¿No-no hay otras parejas?
-¿No quieres ir conmigo, Hinata? -dijo Naruto agachando la cabeza.
-¡No, no! Digo, ¡sí, sí! -Hinata se puso nerviosa y se desmayó.
-Hinata... no es momento de dormir.
-¡Hinata, Hinata! -Naruto se puso junto a ella y la balanceó.
Hinata se despertó, giró la cabeza poco a poco y cuando vio a Naruto se puso roja como un tomate pero antes de que se desmayara otra vez, Sakura arrastró a Naruto cogiéndole de la camiseta:
-¡Naruto, que la asustas!
-Auu... Pero si yo no he hecho nada.
-¡Iré yo con Hinata, tú ves con Sai.
-¡No, no! -dijo Hinata sobresaltada-. Gracias Sakura, ya estoy bien.
-¿Segura? No hace falta que vayas con este idiota.
-Segura...
-Está bien.
-Bien -dijo Kiba-. Dividámonos antes de que los gatos roben más objetos.
-¡Sí! -repitieron los demás al unísono añadiendo el ladrido de Akamaru.

Se separaron en parejas, como ya habían acordado, excepto Kiba y Akamaru, que fueron con Shino. Ellos fueron por donde vinieron Naruto y Sai. Akamaru les olió y como Naruto olía bastante, el perro pudo rastrear el camino que siguieron los otros dos. Cuando llegaron a esa clase de bohío pequeño entraron. Vieron el agujero y los tres se asomaron.
-Lo tendremos que agrandar, ¿verdad, Akamaru? ¡Jutsu Clon Hombre-Bestia! -Akamaru se transformó en Kiba y justo después atacaron al suelo-. ¡Colmillo sobre Colmillo!
Kiba y Akamaru giraron velozmente y perforaron el suelo hasta bien entrado el túnel. Una vez dentro, aunque seguía siendo estrecho, podían andar, y siguieron el camino.
Sakura y Sai también llegaron al otro bohío. Era igual que en el que habían estado Naruto y Sai pero un poco menos destrozado, con la cautela de Sakura. En este caso no iba a ser discreta:
-¡Shanaroo! -Sakura golpeó el suelo con fuerza con el pie y agrandó el agujero.
Siguió bajando con el chakra acumulado en su pie hasta que paró. Sai la siguió y prosiguieron el camino.
Mientras los demás ya habían llegado a las chozas pequeñas, Hinata y Naruto seguían de camino.
-¿Cuánto falta, Hinata?
-Poco, por aquí.
Hinata iba dirigiendo a Naruto con su Byakugan hasta llegar al túnel. Llegaron y se toparon con otra choza igual a las demás, la rompieron un poco y entraron. Se encontraron con otras bandas ninja entre las cuales no estaban las del Equipo 8. Debajo de ellas había un túnel. Dejaron las bandas allí y Naruto abrió paso:
-Hinata, gracias a ti hemos llegado aquí, muchas gracias.
-De-de nada, Naruto-kun.
-Ahora es mi turno: ¡Rasengan! -Naruto apuntó su técnica donde estaba el agujero y lo hizo más grande para que pudieran pasar.

Mientras ellos dos iban de camino, los demás llegaron a la cueva. Shino, Kiba y Akamaru por un lado y Sakura y Sai por otro. Allí estaban los dos gatos junto a los objetos brillantes. Se quedaron sorprendidos al ver a tantos humanos (y a un perro) allí. Akamaru les ladró y los gatos dieron un paso atrás, pero dejaron ver que no tenían miedo.
-¡Allí están nuestras bandas! -dijo Kiba señalando el lugar.
-Y ahí los gatos -aportó Shino.
-Bien gatitos, ¿ahora qué queréis hacer? Os entregáis o tendremos que luchar por las malas.
-Miaau -maulló el gato blanco y negro.
-Miau, miau -ahora el negro y gris.
-¿Qué están hablando? -preguntó Sai.
-¿Crees que yo hablo gatuno o qué? -respondió Sakura con una pregunta.
Los gatos apretaron sus pezuñas y salieron disparados hacia el tercer túnel, pero antes de entrar se chocaron con Naruto e Hinata.
-Parece que estáis rodeados, gatitos.
Aún no lo estaban. Les quedaba otra salida que los ninjas no habían visto, aunque todavía no la iban a utilizar.
-¡Miauu! -maulló fuerte un gato.
Los dos fueron hacia los objetos brillantes entre los que había algunas armas ninjas y los gatos lanzaron shurikens a diestro y siniestro.
-¡¿Qué?! -gritó Naruto.
Naruto y los demás fueron esquivando pero Shino, disimuladamente, sacó unos insectos de sus mangas y si dirigieron hacia los gatos por detrás. Estos los notaron y se los intentaron sacar. Naruto aprovechó y corriendo hacia los gatos los cogió, pero los ladrones arañaron a Naruto en la cara y éste, con dolor, los dejó ir. Los gatos corrieron hacia el túnel por el que habían venido Naruto e Hinata y se colaron por otro agujero que había justo debajo, esa era la última salida.
-El insecto que tiene cada uno los rastreará -dijo Shino.
 -¡Bien! -dijo Kiba-. Ahora cojamos nuestras bandas.
Mientras Shino, Hinata y Kiba recogían sus protectores, Naruto se quejaba de dolor.
-¡Aauu! ¡Esos gatos se las verán conmigo!
-Tranquilo, Naruto -dijo Sakura y poniendo sus manos sobre la cara del rubio, sanó sus heridas.
-Muchas gracias, Sakura.
-¿Y ahora qué hacemos? -preguntó Sai-. ¿Seguimos persiguiendo a los gatos?
-¡Claro que sí!
-¿Por qué están robando estos objetos? -preguntó Hinata observándolos.
-Alguna razón debe haber pero no nos podemos comunicar con ellos.
-Me acabo de acordar de la misión que tuvimos con Sasuke -dijo Sakura enamoradiza-. ¿Te acuerdas, Naruto?
-Sasuke... Y esos gatos...
-Ya sé. Iré a por esas diademas de orejas de gato para saber qué es lo que quieren.
-Para entonces ya se habrán escapado.
-Procuraré de ir rápido. Por este túnel -el tercero- saldré cerca de la tienda. Vosotros, mientras, coged a los gatos.
-Yo te acompañaré, Sakura -dijo Sai.

Los dos se fueron rápido  y los demás abrieron paso al cuarto hueco. Siguieron por el único camino que había y llegaron a otra cueva en el subsuelo, más grande que la anterior. En ella vieron a los dos gatos y a una gata en el centro.
-¡¿Hay otro gato?!
-Es una gata -corrigió Kiba-. Pero cojámosles a los tres. Son unos ladrones.
Kiba y Akamaru se acercaron y empezaron a pelear contra los gatos, pero no contra la gata. Parecía que los dos la estaban protegiendo. Se apartaron.
-¡Estáis atrapados! -exclamó Naruto-. ¡Rendiros!
-¡Miau, miau! -dijo uno de los gatos con el entrecejo fruncido.
Mientras estaban en una situación un poco rara, Sakura y Sai llegaron a la tienda y entraron.
-¿Hola? ¿Hay alguien?
-Sí, aquí estamos.
-Hola Abuela Gato, hola Tamaki. Cuánto tiempo.
-¿Y vosotros quiénes sois?
-Vaya... -Sakura se rió fingiendo su sonrisa-. Soy Sakura Haruno, que vino por una misión con Naruto y Sasuke Uchiha, hace un tiempo.
-¿Con un Uchiha?
-Sí abuela, es la chica que acompañaba a Sasuke. Consiguieron la huella de Nekomata.
-Aaa, vaya, ya me acuerdo. Pobres hermanos, con lo bien que se llevaban... ¿Pero ese de tu lado quién es?
-Es un amigo. Veníamos a pedirle un favor.
-¿Qué queréis?
-¿Nos podría dar algunas diademas de orejas de gato?
-¿Para qué?
-Es por unos gatos. Nos han robado las bandas ninja, aunque ya las hemos recuperado, pero también han cogido otros objetos brillantes.
-Ya veo... y queréis saber por qué lo hacen, ¿cierto?
-Sí, y con las diademas lo podremos saber.
-Chica, está claro qué es lo que esos dos gatos quieren.
-¿Usted lo sabe?
-Están hurtando esos objetos brillantes para impresionar. Para ganarse el corazón de una gata.

Naruto, Shino, Hinata, Kiba y Akamaru seguían en la cueva sin comprender nada. Pero llegó la hora de aumentar un nivel la lucha.
-¡Multiplicación Oculta de Cuerpos! -Naruto creó algunos clones que atacaron a los tres gatos, aunque como volvieron a proteger a la gata, los dos fueron derrotados.
Ahora Shino sacó otros insectos y atraparon a los dos gatos.
-¡Miau, miau! -dijo la gata del medio enfadada.
-Deberíamos atrapar a esa también.
Después de unos minutos, Sakura y Sai llegaron, los dos con las diademas de orejas de gato puestas.
-Sa-Sakura...
-Coged estas diademas y ponéoslas. Con ellas entenderéis lo que dicen los gatos.
-...Sai -Kiba se rio al verle con esa diadema puesta-. ¡¿Qué?! ¿Yo también me la tengo que poner?
-Si quieres saber lo que dicen, sí -dijo Shino.
-Kiba, te queda muy bien -Hinata fue sincera.
Todos se la pusieron, incluso a Akamaru le llevaron una.
-Bien, gatitos, ahora hablad.
-Malditos humanos... -dijo la gata.
-¡Dejadnos ir! -dijo uno de los gatos.
-¿Por qué estáis robando nuestras bandas ninja y los demás objetos?
-Para llevarnos el corazón de nuestra ama -respondió mirándola enamorado.
-¡Pues no os lo vais a llevar porque sois unos debiluchos!
-Akira... yo te quiero de verdad.
-No me habéis conseguido suficientes objetos brillantes. Y encima os han pillado.
-Akira, si así es como te llamas -dijo Naruto-. No les hables así. Ellos han dado todo, han robado por ti. ¿No crees que eso ya es suficiente?
-¡No! Necesito más. Han fracasado.
-Akira... hemos hecho lo que nos has dicho. Arriba tienes los objetos.
-Nos los llevaremos y los devolveremos a la gente a quien habéis robado -dijo Kiba.
-Gatos, no os dejéis manipular por esa gata. Vosotros habéis robado, pero en verdad  no sois ladrones. Ibais juntos a todos lados. Dos corazones que luchan por el amor de una gata es difícil que vayan siempre juntos. A ella la queréis, pero entre vosotros hay una bonita amistad.
-¡No! Ellos me seguirán queriendo.
-Lo siento, Akira, pero ese humano tiene razón.
-Si. Dejaremos de estar obligados a hacer lo que digas. Me entrego.
-Y yo.
-¡Noo! No os podéis entregar, son malos. Yo en verdad, os quiero...
-¡Mentirosa! Os está manipulando.
-En nosotros -se dirigió uno de los gatos hacia la gata- seguirá habiendo amor hacia ti, pero no será lo mismo, ni tampoco lo prioritario.
-Dejaremos de ser tus súbditos.
Los dos gatos se dejaron llevar y aunque la gata intentó escapar, no lo consiguió.
-Gatita -le dijo Sakura-, ¿estás lista para ser tú la súbdita?
-¿De qué estás hablando?
-De tu castigo. Ahora estarás bajo el mando de Nekomata.
-¡¿Qué?! ¡Noooo!

Todos salieron del subsuelo y fueron a ver a la Anciana Gato. Allí devolvieron las diademas y los gatos policías (que habían) se llevaron a los tres gatos. Nuestros ninjas se despidieron de la anciana y de Tamaki, aunque antes, con las mejillas coloradas, Kiba invitó a comer un día a Tamaki. A Akamaru no le hizo mucha gracia.
El Equipo 7 y el Equipo 8 siguieron su marcha devolviendo los objetos robados gracias al buen rastreo que éste último equipo tenía.

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