sábado, 31 de enero de 2015

EL PROTECTOR DEL PERGAMINO: SEGUNDA PARTE

Y, en efecto, Satoshi había descubierto a Naruto. Después de la explosión, los dos se encontraban en el exterior, uno a la izquierda y el otro a la derecha.
-Vamos –dijo Masato en posición de carrera.
-No, espera –dijo Sakura-, a nosotros no nos ha descubierto. Nos quedaremos aquí buscando información. Sai, tú busca arriba, señor Masato, tú y yo seguiremos aquí.
-Pero no podemos dejar a ese chico ahí fuera.
-Tranquilo, Naruto ha crecido. Y Kakashi estará aquí para decirnos qué debamos hacer.
-… Está bien –Masato se lo pensó.
Y antes de que Sai subiera las escaleras, Kakashi llegó a ellos:
-Naruto está hablando con Satoshi –Kakashi se preocupó-. Creo que hablará más de lo suficiente. Sai, ves afuera con Naruto e intenta que no hable demasiado. Nuestra misión principal era llevar al señor Masato sano y salvo a su casa.
-Sí –Sai siguió la orden de Kakashi y llegó al lado de Naruto.
-Sakura, vigila que Masato no vaya –Kakashi se lo dijo bien flojo-. Yo voy arriba. Además, he encontrado algo.
-Está bien.
Mientras, Satoshi les preguntó:
-¿Quiénes sois?
-Hemos venido a… -Naruto hablaba sin pensar.
-Hemos venido a verte señor Satoshi. No hemos visto a nadie y hemos decidido entrar para ver dónde estabais.
-¿Crees que soy un viejo tonto?
-No, sabemos lo que ha pasado en la aldea de la Hierba. Y hemos venido a ayudar.
-¡Vamos! ¡Masato, sal! –chilló Satoshi.
Todos se sorprendieron al oír eso. ¿Cómo es que lo sabía?
-¿Cómo es…
-Chicos, yo soy un ninja sensor. ¿Qué no os lo ha dicho vuestro amigo?
Kakashi pensó que lo estaba invitando a que fuera. Pero Sakura sabía lo que había que hacer.
-¿Qué es lo que quiere? –le gritó Naruto a Satoshi.
-Nada, recuperar lo que me pertenece.
-No te pertenece nada. Sabemos la historia y te toca rendirte.
-¿Qué, ya os ha contado su historia? –resaltó el posesivo.
-Sí, no nos puedes mentir. Acabaremos con esto ahora.
-Vamos Masato, te estoy esperando –repitió.
Kakashi pensaba que Satoshi ya sabía que Masato estaba allí. No había porqué ocultarlo. La provocación que Satoshi le hacía era muy notable.
-Vamos Sai –dijo Naruto para empezar la batalla.
-Sí.
Naruto utilizó su jutsu de sombras. Y Sai utilizó su pincel e hizo atacar a unos leones que había dibujado. Todos fueron contra Satoshi. Pero éste con una simplicidad esquivó a los leones y con su kunai los deshizo. A los clones de Naruto hizo lo mismo. Peleó cuerpo a cuerpo, excepto con el verdadero Naruto.
-¿Eso es todo lo que tenéis? –provocó a los chicos.
-¿Para qué quieres que salga el señor Masato? –preguntó Sai.
-Para hablar con él, chico, hace tiempo que no nos vemos.
-Serás… -Naruto le atacó.
Satoshi seguía esquivando pero sin usar ninguna técnica. Era extraño, o sólo sabía taijutsu o no quería usar ninguna.
La batalla seguía, y los demás buscando información que pudiese tener.
-Chica –dijo Masato-, hemos buscado por todas partes y no hemos encontrado nada.
-Es verdad, aquí no hay nada. Sin embargo, Kakashi me ha dicho que ha encontrado algo. Esperemos aquí hasta que baje.
-Satoshi, ¿para qué quiere lo que está buscando?
-¿El pergamino? Ya te lo he dicho. Porqué me pertenece. Se lo cogieron ellos a mi abuelo. Ellos empezaron todo.
-No te creo –Naruto atacó de nuevo.
Sin parar, Naruto atacaba y con un rasengan, ésta vez sí que dio a Satoshi.
-Satoshi, sólo queremos que todo esto acabe. No queremos hacerte daño y que todo acabe bien.
Mientras en la batalla hablaban, Kakashi regresó con Sakura y Masato:
-¿Habéis visto la llave que tiene Naruto? Tiene la forma de un kunai. ¿Os acordáis del símbolo que tenían los ninjas que nos hemos encontrado?
-Sí, era un kunai.
-La llave tiene que ver con esto.
Kakashi les enseñó un plano. En el mapa había muchas habitaciones y resaltaba una cruz. Como si la cruz indicase un tesoro.
-Este plano es del lugar. La cruz indica el pergamino. ¿Cómo es que lo tienen ellos?
-Eso es lo que me pregunto. Masato, no nos has dicho toda la verdad. Dinos lo que pasó en verdad.
-Ya os lo he dicho.
-No. ¿Qué hace este kunai en el plano?
-¿Y a mí qué me preguntas? Pregúntaselo a Satoshi.
-Este plano no indica el pergamino, ¿cierto?
-¿Tengo opciones para seguir bromeando?
-No. Ésta cruz indica una cueva. La vi antes, fuera de este sitio.
-Sí, así es. Dentro de la cueva, en los pasillos del subsuelo se encuentra el pergamino. Pero no sólo uno.
-¿Es eso a lo que se refiere Satoshi?
-Sí. Es verdad, no me pertenece uno de ellos, pero el otro sí.
De repente apareció Satoshi donde ellos se encontraban. Naruto y Sai no lo pudieron retener.
-Al fin nos vemos las caras, viejo amigo.
-Hace mucho que no nos vemos.
-Sí, tú fuiste el responsable, ¿no es así?
-Sí, pero el responsable de su muerte fuiste tú, ¿no te acuerdas?
-¡¿Pero qué pasa aquí?! –Naruto gritó sin entender nada, como todos.
-Me acuerdo. Pero no lo pude evitar. Se interpuso.
-¡¿Alguien nos puede explicar qué rollo está pasando?! –Naruto reclamó de nuevo.
-Está bien. Os contaré toda la verdad, ya que vuestro amigo no os la ha contado –dijo Satoshi-. Es verdad que el abuelo de Masato defendió el pergamino del dragón y que mi abuelo y más espías lo intentaron robar. Pero la cosa cambió. Se hizo un pacto para acabar la guerra, que declaraba que el pergamino se quemaría. Ninguno de los dos bandos lo aceptó, pero eso es lo que decían los documentos. Entonces, antes de quemarlo, el abuelo de Masato lo robó y lo hizo él. Nadie supo nada de quién lo robó. Y todas las culpas fueron dirigidas a mi abuelo, el cuál no hizo nada. Y allí es cuando mi abuelo, defendiendo su palabra fue a pedir explicaciones al abuelo de Masato y los dos murieron.
-¿Y qué pasó con el pergamino? –preguntó Naruto.
-Continuó guardado –prosiguió-, hasta que el hijo del amo del pergamino decidió darle el pergamino a mi padre. Su padre no lo entendía, y al respecto provocó otra pequeña guerra entre dos bandos y, también murieron.
-¿Y luego que pasó? –preguntó Naruto interesado.
-Separaron el contenido del pergamino en dos. Uno perteneciente a mi familia y otro a su familia. Pero nadie supo de esta división. Cada uno de nosotros pensaba que el pergamino verdadero era el que teníamos. Hasta que nos dimos cuenta que no era así, y tanto ellos como nosotros nos atacamos para conseguir las dos partes. Y ellos nos robaron el nuestro, y lo que intentamos es recuperarlo.
-Recuperar el vuestro y conseguir el de ellos, ¿no es así?
-También, pero ellos comenzaron.
-La única solución es que cada uno tenga su parte y dejarlo en tablas –dijo Naruto.
-Sí, es verdad, pero por el bien de nuestra familia necesitamos la otra parte.
-¿Por qué?
-Por la maldición que hay. La maldición del dragón.

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