Todos en Konoha dormían. Eran pasadas las 5 de la mañana y faltaba poco para que los primeros se levantasen, entre los cuales no estaba Naruto, pero tuvo una sensación que le hizo despertarse. No era mala ni extraña, le parecía buena y diferente y así lo era. Se asomó a la ventana y vio toda la aldea cubierta de nieve. El paisaje blanco, precioso, seguía cubriéndose de copos de nieve que descendían lentamente sin parar.
Naruto no podía desaprovechar ese día, así que se vistió, se aseó, desayunó lo de cada día y salió a la calle asombrado. Había gran profundidad y los pies se le hundían. Hacía bastante que no nevaba y decidió avisar a los demás. Eran las seis de la madrugada pero eso no le impidió llamar a sus amigos.
Primero fue a ver a Sakura. Estaba impaciente. No sabía si picar a la puerta porque deberían estar durmiendo, pero aun así llamó.
-¡Hola Naruto! -dijo el padre de Sakura alegre con cara de sueño.
-Hola Kizashi, ¿está Sakura?
-Sí, está en su habitación. Pasa. ¡Anda, pero si está nevando! ¡Mebuki! ¡Sakura! -gritó a su mujer e hija con la puerta abierta.
Naruto entró y se dirigió hacia su cuarto, llamó a la puerta pero no escuchaba nada, así que la abrió y pasó.
-Sakura -le dijo Naruto flojo pero impaciente.
No contestaba, se acercó más y antes de que volviera a decir su nombre, Kizashi lo dijo pero con un tono bastante elevado:
-¡Sakura, despierta!
-Ayy.. papá.. -dijo Sakura abriendo un poco los ojos con las legañas pegadas y de repente le vio ahí, a su lado-. ¡¡Aahhhhh!!
Sakura abrió los ojos del todo del susto y le tiró el cojín.
-¡Pero Sakura, hay...
-¡Naruto! -Sakura empezó a tirarle lo que encontraba con las manos.
Naruto se acercó a Sakura pero se dirigió hacia la ventana y ante la sorpresa de Sakura la señaló. Ella la vio y dejó de gritarle, se incorporó y se dirigió donde Naruto para abrir la ventana.
-Está nevando...
-¡Sí! Vamos a avisar a los demás.
-¡Qué guay! Vale, vamos. Espera, primero tengo que vestirme.
-Está bien -dijo Naruto sin moverse del sitio.
-Que tengo que vestirme.
-Muy bien.
-¡Naruto, que salgas! -Sakura le empujó y le cerró la puerta en los morros.
Después de vestirse y coger el desayuno, Sakura alucinada y Naruto con ganas de este día fueron a casa de Shikamaru. No tuvieron que llamar a la puerta porque lo vieron fuera, mirando el cielo. Él los vio y se acercó a ellos.
-Es un fastidio pero hacía tiempo que no nevaba.
Con su personalidad de siempre, Shikamaru se fue con Naruto y Sakura en busca de los demás.
Finalmente se encontraron todos, los 11 de Konoha y Sai, entre otros ninjas de diferentes rangos. Fueron a una explanada que en vez de ser verde era blanca.
-¡Vamos a hacer muñecos de nieve! -propuso Naruto.
-¡Sí! -repitieron otros.
-¿Y si hacemos una competición? -preguntó Kiba.
-¡Sí! Hagamos equipos y quien haga el muñeco de nieve más grande gana -dijo Lee.
-¡Bien!
Una vez preparados los equipos todos se dispusieron a hacer sus creaciones durante el tiempo específico que se impusieron.
-¡Preparados, listos, ya!
Naruto, Sai, Shikamaru y Choji formaban un equipo. Naruto iba a toda pastilla haciendo una bola. Shikamaru decía que era un fastidio pero se esforzaba no solo en intentarlo, sino en ganar. Choji también hacía una gran bola pero como ya se había cansado de correr utilizó su técnica "Bola de Tanque Humano" para rodar rápidamente y así crear una bola gigante.
Por su lado, Sakura, Ino, Hinata y Tenten, las cuatro chicas, no se quedaban atrás. Se estaban esforzando mucho y aunque no más rápido, sí con más destreza.
Y por último, Rock Lee, Neji, Shino y Kiba y Akamaru hacían lo suyo. Rock Lee iba a la misma velocidad que Naruto. Se miraban mutuamente y la línea imaginaria que los unía chispeaba pero ante el desconcierto de Neji y Tenten, Lee se quitó las pesas que llevaba en las piernas, cosa que le hizo aumentar mucho más la velocidad y atraer la nieve con el viento.
-Rock Lee le ha dado un buen uso a las pesas -dijo Tenten-. ¡Vamos chicas, no nos podemos quedar atrás!
-¡No! -dijo Hinata colorada de la fuerza que hacía.
Naruto, al ver que Akamaru también ayudaba, le reprochó al equipo:
-Eso no es justo, ellos son cinco.
-Akamaru y yo somos uno, Naruto -respondió Kiba-, hazlo mejor y ganarás, aunque lo dudo.
-Serás... ganaremos.
Se pusieron las pilas y cuando se acabó el tiempo dejaron de continuar el muñeco de nieve. Los tres estaban muy igualados, sin embargo, había uno que sobresalía unos centímetros más.
De repente aparece Kakashi a unos metros de los chicos, a un lado con una bola de nieve en la mano. Todos giran la cabeza hacia él ya que se había hecho notar. Seguidamente aparece Gai al otro lado con otra bola de nieve y vuelven a girar la cabeza hacia él. Justo después oyen unos gritos que vienen de detrás de los chicos, se giran y es Yamato corriendo hacia ellos:
-¡Kakashi, Gai, no os peleéis! ¡Apartad chicos, es muy peligroso!
Yamato se sigue acercando a ellos y los chicos no saben a quién mirar. Kakashi y Gai tienen la intención de tirarse las bolas de nieve y algunos de los ninjas ya se temen lo peor.
-¡Nooo! -grita Naruto-. ¡Esperad a que comprobemos quién ha ganado!
-¡Noo! -grita Yamato haciendo caso omiso a Naruto, así como Kakashi y Gai.
Los de los lados lanzan las bolas de nieve colisionando con los muñecos a los extremos y Yamato, fijándose en los jonin y no en lo que tenía delante, pasa por en medio de los ninjas y se choca con el muñeco del medio.
-¡Nooo! -vuelve a gritar Naruto desesperado-. ¡¿Pero qué habéis hecho?!
-Y todo esto para nada -dice Shikamaru.
-¡Nos lo habéis destrozado! -también Tenten les reprocha lo que han hecho.
-¡Habéis destruido nuestros muñecos de nieve! ¡Habríamos ganado! -dice Kiba.
-¡No, habríamos ganado nosotros! -Naruto empieza la pelea.
-No, estaba claro que las ganadoras hemos sido nosotras -Tenten la sigue.
-¡Naruto! -Sakura lo llama y al girarse le lanza una bola de nieve en la cara haciéndolo caer-. ¡Toma!
-Auch... qué ha sido eso -dice quitándose la nieve de encima.
-¡Esto! -grita Kiba lanzando otra bola de nieve.
La lanza hacia el lado opuesto, al ver que se dirigía hacia él, Shikamaru se agacha y Sai se la come. A partir de aquí empieza una guerra de nieve. Bolas por aquí y bolas por allá. Kakashi y Gai siguen con lo suyo y mientras:
-Yamato-sensei -le pregunta Hinata-. ¿te encuentras bien?
-Sí... -responde sacando su cara estampada contra la nieve un segundo y la vuelve a dejar caer.
-¡Hinata-sama, yo te protegeré! -dice Neji envolviendo a Hinata rápidamente según las bolas que le podían dar.
Neji la protegía pero no se protegía a él. Podía parar las bolas o desviarlas pero no lo hacía, recibiendo bastantes golpes. Uno de ellos le golpeó en una mejilla haciéndole caer al lado de Yamato.
-¿Saben bien, verdad? -le preguntó el jonin tumbado.
-Sí -respondió con la misma posición.
-¡Neji-san! -Hinata se asustó.
Siguieron lanzándose bolas de nieve hasta que se cansaron, pero aún quedaba mucho día por delante. Y ya que estaban haciendo competiciones, ¿por qué no seguir haciéndolas?
-¡Chicos! -dijo Lee-. ¿Qué os parecería hacer la competición como la estaban haciendo Gai-sensei y Kakashi-sensei? ¡Sería genial!
-Lee... -Tenten le puso la mano sobre el hombro y con la mirada se lo dijo todo.
-Eso no, pero podemos seguir compitiendo.
-Sí, ¿y qué hacemos?
Todos pensaron cosas que podían hacer y se les ocurrieron muchas pero Naruto fue el primero en decirla:
-¡Carrera de trineos!
-¡Sí!
-Por fin usas la cabeza, Naruto -dijo Ino.
Todos estuvieron de acuerdo y siguieron la competición con los equipos que ya habían hecho. Se fueron a un lugar con pendiente, elevado, para que los trineos se pudieran deslizar.
-¿Y dónde conseguimos los trineos? -preguntó Sai.
-Los tendremos que hacer -dijo Shino-. Esa será la gracia de esta actividad.
-Bien, ¿pero cómo conseguimos los materiales?
-Ahora que lo dices... -Naruto dejó de pensar.
-Los podemos conseguir en uno de los almacenes que hay cerca de la Mansión Hokage -Shikamaru parecía estar informado-. Allí hay diferentes objetos que se utilizan para actividades como ésta.
-¿Y nos dejarán coger las cosas?
-Supongo, son de uso público.
-Bien, entonces vayamos hacia allí.
Aunque algunos se podrían haber quedado esperando, todos siguieron a Shikamaru. Una vez allí, preguntaron si podían coger lo que necesitasen y la dependienta les dijo que sí, pero antes debían firmar en un libro conforme habían cogido algo prestado. Todos signaron y a partir de ese momento empezaba la competición. Cada equipo cogió lo que creyó conveniente para su trineo, algunos observando lo que cogían los demás y una vez todo listo, se marcharon. La dependienta se quedó atónita ante la salida de los ninjas cargados de piezas.
Volvieron al lugar de antes y separándose los tres equipos unos metros empezaron la construcción del trineo. Tampoco es que fuesen a hacer grandes obras pero ellos sí lo creían.
-Chicas -dijo Tenten-, en la prueba de antes seguro que ganamos, y en ésta también lo haremos.
-¡Sí! -dijeron las otras tres al unísono.
-Choji, deja de comer patatas y ayuda -le dijo Shikamaru.
-Está bien, pero de patatas que no falten.
-Chicos -dijo Shikamaru a Naruto y a Sai con la boca más cerrada que abierta-, debemos tener en cuenta... ya sabéis... a Choji.
Naruto no lo pilló a la primera pero seguidamente se dio cuenta de lo que quería decir:
-Aaa sí, porque Choji está gor... -y antes de que acabase la palabra también se dio cuenta de lo que ésta significaba.
-¿Por qué está gordo? -acabó Sai tan ancho.
-¡Shhh! -repitieron Naruto y Shikamaru.
Pero Choji lo escuchó y se giró poco a poco con los ojos bien grandes penetrando la mirada en Sai:
-¿Qué me has dicho? Vuélvelo a repetir.
-Que tenemos que hacer un trineo grande para que quepas, porqué estás gord... -los otros dos le taparon la boca justo a tiempo tirándole al suelo.
-Nada, nada, Choji -dijo Naruto sudando-, quería decir que lo tenemos que hacer grande para que los cuatro quepamos, sino no habrá manera.
-Claro -dijo Choji volviendo a su estado normal y llevándose una patata a la boca.
-Uff... de qué ha ido.
Mientras, el otro equipo de chicos seguía su construcción a buen ritmo y e buena forma. El cartón en la base, por los lados recta y por las partes posterio y anterior más circular; celo por aquí, pegamento por allá y diferentes materiales para los "asientos" que para las patas, si es que lo eran.
-Debemos tener en cuenta a Akamaru.
-¡Sí! Y no es justo que nosotros seamos cinco y los demás cuatro -dijo Kiba molesto, al contrario que en la primera prueba.
-No os preocupéis chicos, ante las adversidades, lo haremos más grande, también tenemos otra cabeza, eso nos pone a la misma altura.
-¿Y si perdemos? -Shino los bajó.
-¡Shino, no perderemos! Y a Akamaru lo podemos considerar como cualquiera de nosotros. ¿Verdad, Akamaru?
-¡Guau, guau! -Akamaru estaba de acuerdo con el anterior comentario de Kiba.
Aunque tuvieron dudas y no se pelearon siguieron con el trineo pero quienes sí se enfrentaron fueron las chicas, en especial Sakura e Ino.
-¡Sakura, ese trozo no va ahí! -dijo la rubia-. Es la pieza que debe encajar allí.
-¡Qué no! -Sakura alzó aún más la voz-. Y tú qué sabrás...
-Porque esa pieza la estás colocando mal.
-¡A ti sí que te voy a colocar mal la cara!
-¡¿Qué acabas de decir Sakura?!
-¡Lo que has oído Ino!
-Bueno chicas, ya falta poco para acabar -dijo Hinata interponiéndose con miedo.
-¡No interfieras Hinata! -dijeron las dos mirándola y volviendo a mirar a la otra.
-¿Estás bien, Hinata? -le preguntó Tenten tranquilizándola.
-Sí, sí -respondió Hinata al instante.
-Tenemos que seguir con el trineo, sino no acabaremos. Chicas... -dijo Tenten dirigiéndose a las enfrentadas y como no la escucharon, alzó la voz-. ¡Chicas! ¡¡Chicas!!
A la tercera sí que la escucharon. Sakura e Ino pararon, se tranquilizaron y pidieron perdón a Hinata:
-Lo siento, Hinata -dijo Sakura arrepentida-, es que Ino...
-Yo también lo siento -ahora fue Ino, pero cuando escuchó a Sakura...-. ¿Qué has dicho Sakura?
Parecía que iban a enfrentarse otra vez pero Tenten las separó y volvieron manos a la obra, Hinata y Tenten bien alegres y Sakura e Ino también pero un poco menos. Al menos, la pelea había servido para que se pusieran las pilas.
Los tres equipos seguían con sus trineos. El primero en acabar fue el grupo de Kiba, seguido del de Tenten y por último el de Naruto, con intervalos de pocos minutos.
-¡Bien, ya estamos todos listos!
-¡Sí! Preparémonos en los asientos.
Todos se sentaron en los trineos, un poco apretados pero sentados.
-Esperemos que no aparezcan Gai-sensei, Kakashi-sensei ni Yamato-sensei.
Antes lo dice Tenten y antes aparecen, porque aparecieron.
-¡No! -gritó Naruto-. ¡Salgamos cuánto antes!
-¡3, 2, 1, YA! -repitieron uno de cada equipo.
Y ante el miedo, la risa y un conjunto de sensaciones que se les pasaron al sentarse, se tiraron y los trineos se deslizaron por la nieve. Unos chillaban y otros abrían los ojos de la intensidad. Kakashi, Gai y Yamato, por suerte, se quedaron allí arriba. La pendiente era larga así que había bastantes segundos para llegar a la meta. Algunos cogían velocidad pero luego la remontaba el otro. Todo parecía ir bien pero en realidad no era así:
-Neji, tu pelo me está dando en toda la cara! -gritó Rock Lee con el trineo más lento de lo que debería ir.
Neji apartaba el pelo pero el aire podía con él y los golpes que recibía Rock Lee eran duros. El problema del trineo de ellos es que no avanzaba, se estancaba:
-¿Pero qué pasa? -gritó Kiba.
De repente, Kiba se dio cuenta: Shino pesaba mucho más por culpa de sus bichos. Eso debería hacer que bajasen más rápido pero daba el efecto contrario.
-¡Shino, saca a tus insectos ahora, que sino perderemos!
-No, ellos forman parte de mí.
-Vamos Shino -Neji también lo incitó y lo consiguió.
Shino dejó ir sus insectos pero el viento les molestó y ocuparon la nieve estorbando el paso del mismo trineo volcándolo y dejando rodar a los cuatro chicos y a Akamaru unos metros para abajo. Un trineo menos.
-¡No, perdimos!
Los otros dos trineos seguían, pero Ino y Sakura aún tenían algo de rencor por lo de antes:
-Ino, aparta tu pelo de mi cara.
-¿Te molesta? -Ino puso cara de maligna y cogió su pelo y lo lanzó con fuerza hacia donde se quedaba, en la cara de la pelirosa.
-¡Ino!
Sakura se empezó a tambalear, Hinata para compensarla se movió hacia el otro lado y aunque quiso arreglarlo, lo empeoró, haciendo caer a Sakura y a Ino. Tenten se rio al verlas pero habían montado el trineo para que lo ocupasen cuatro personas, no dos, así que perdió estabilidad y también cayeron.
A la misma vez que las chicas tenían este problema, el otro trineo que seguía en pie también tenía otro: Naruto y Sai. Naruto se movía demasiado por la emoción que sentía y para Sai esta actividad era nueva.
-¡Naruto, deja de moverte! -le gritó Shikamaru.
-Si yo no me muevo, es Sai.
-Sai, ¿qué haces?
-¿No tenemos que llegar a la meta cuanto antes? Pues os estoy ayudando -Sai les impulsaba con las manos sobre la nieve y aunque al principio así lo hizo, luego generó el efecto contrario.
-Sai, saca las manos de la nieve, que nos caeremos.
-¡No, mis patatas! -a Choji se le volaron unas cuantas lo que ayudó al vuelco del trineo.
Choji (que iba detrás) se giró para coger las patatas que se le volaron, lo cual no consiguió, y el trineo se volteó un poco hacia la derecha. Al echar Choji el peso hacia un lado, Sai que iba con las manos en la nieve debería haber equilibrado el trineo pero la mano derecha se le resbaló y echó aún más peso a la derecha. Se iban a caer pero Shikamaru era previsor y utilizó su técnica de imitación de sombra para fusionar la suya con la de los demás chicos y la del trineo. Ahora todos estaban quietos, incluso el transporte. Shikamaru iba colocado tercero y estaba recto e hizo que los otros tres y el trineo se pusieran en la misma posición que él.
-Va...mos... -a Shikamaru le costó mucho la acción pero lo consiguió-. Vale, ahora dejaré ir la sombra. No os mováis. Un, dos, tres, ya.
Shikamaru dejó ir la sombra pero el trineo había tenido un fallo técnico a causa del peso dejado sobre la derecha, por lo que se desestabilizó y cayeron.
-Y vuelvo a esforzarme para nada -dijo Shikamaru.
-Hemos perdido... -Choji se entristeció.
-Esperad, todos estamos en el suelo.
Los 12 habían caído, sus trineos o se quedaron donde los ninjas o siguieron unos metros más y también se pararon. La distancia de los trineos no importaba, ya que tendría que haber llegado todo el equipo subido en él.
-¡Hemos avanzado más que ellas! -dijo Naruto.
-Bueno, no sé yo... -Shikamaru dudaba.
-Chicas, ¿hemos ganado? -preguntó Hinata tímida.
El que sí perdió fue el equipo de Kibaa que se quedaron por detrás. La cosa estaba reñida entre los otros dos grupos, unos decían que habían ganado ellos, y ellas que las ganadoras, otra vez, eran ellas. Se acercaron más para seguir discutiendo, el otro grupo bajó hasta su posición y de repente pasa entre ellos un trineo a toda velocidad.
-¿Son... los senseis?
Se fijaron bien y eran Kakashi, Gai y Yamato. El viento provocaba el estiramiento de sus caras. A Kakashi se le veía alegre, a Gai también aunque un poco pálido, un poco mareado, y Yamato gritaba de miedo al haberse subido por culpa de los otros dos.
-¿Qué acaba de pasar? -preguntó Ino sorprendida.
Los tres senseis llegaron a bajo y allí se cayeron y siguieron rodando llevándose con ellos la nieve que aplastaban. Los ninjas bajaron rápidamente hacia los tres y les preguntaron si estaban bien y cómo habían hecho el trineo.
-Nos ha costado mucho -dijo Kakashi seguro de lo que decía.
-¡Sí! Os hemos ganado -le dio Gai mirando a Lee.
-No estábamos compitiendo contra vosotros -dijo Naruto.
-Naruto tiene razón -añadió Sakura mirándole-, la competición estaba entre nosotros.
Empezaron a discutir, entre ellos Kakashi y Gai. Rock Lee estaba asombrado con la potencia de su sensei pero Neji descubrió la verdad:
-¿Y esta etiqueta?
-Sí... -Yamato lo aclaró por si quedaban dudas-, hemos comprado el trineo.
-¡Eso no es justo! -Naruto gritó con el puño levantado.
-¿Y si nos divertimos sin competir? -sugerió Hinata.
-Buena idea, Hinata -dijo Tenten-, aunque la competición también estaba guay.
-Está bien -Naruto estaba conforme-, ahora nos divertiremos más. ¡Bien pensado, Hinata!
Hinata se enrojeció ante las palabras de Naruto, aunque esta vez controló el desmayo y no cayó al suelo.
Todos estuvieron de acuerdo y junto a los senseis compartieron ese día especial que sucedía en Konoha cada mucho tiempo. Asuma y Kurenái también se unieron, junto a otras personas entre las cuales estaban Konohamaru, Moegi y Udon.
Al anochecer, todos acabaron reventados y los que aún seguían se dejaron caer sobre la nieve. Naruto empezó moviendo los brazos y las piernas sin darse cuenta y cuando lo hizo, había dibujado un ángel. Los demás también lo hicieron y Konoha se llenó de ángeles. Descansaron tumbados sobre la nieve y miraron las estrellas. Sí, era una noche estrellada que jamás olvidarían. Naruto y Sakura pensaron en Sasuke. Él era el único que faltaba pero sonrieron al saber que llegaría un día en el que se reencontrarían.