domingo, 31 de diciembre de 2017

ILUMINANDO KONOHA

Como cada año, en Konoha celebraban la Navidad, adornando todas las calles y casas con luces y guirnaldas. Ya era Nochevieja y... no estaba todo preparado:
-Ya sé que es el último día del año, pero aún os queda esta última misión y no por eso menos importante -dijo Tsunade a los allí presentes.
-¡Pues a por todas! -Naruto se fue hacia la puerta para salir hasta que se giró-... ¿Y qué tenemos que hacer?
-Bien, a eso iba Naruto. Tú, Sakura, Sasuke, Sai, Kakashi y Yamato tendréis que ir a por la antorcha que acabará iluminando toda Konoha para dar entrada a los fuegos del nuevo año.
-¡Bien! -exclamó Naruto.
-Los demás deberéis hacer el camino por toda la aldea que recorrerá el fuego, poniendo su final aquí, justo delante de la Roca Hokage para dar comienzo a los fuegos artificiales.
-¿Y por dónde lo trazamos? -preguntó Shikamaru.
-Ahora os daré un mapa del trayecto pero lo podéis modificar si lo creéis conveniente. Y a vosotros también -Tsunade se dirigió al equipo de Kakashi-. La cruz indica el lugar en el que se encuentra la antorcha. Allí habrá un anciano vigilándola.
-¿Nos creerá si le decimos que venimos por la aldea? -preguntó Sakura.
-Sí, le entregáis esta ficha firmada por mí -y Tsunade se la dio a Kakashi-. ¿Todos preparados? A las diez de la noche lo quiero todo preparado. ¿Entendido?
-¡Sí! -repitieron todos saliendo de la sala.

Mientras el equipo de Kakashi se dirigía hacia la antorcha, los demás comenzaron por trazar el camino.
-La Hokage ha dicho que podemos modificar el camino -repitió Kiba-, ¿a vosotros qué os gustaría hacer?
-Yo lo dejaría como está -opinó Asuma.
-¿Y si hacemos algo que nos represente? -preguntó Ino.
-¿Como un kunai?
-Sí, eso está bien.
-¡Ya sé! -exclamó Rock Lee- ¡El símbolo de la juventud!
-¿Y cuál es ese? -preguntó vacilando Neji.
-Pues...
-El símbolo de la juventud no, pero el de la hoja sí -acertó Guy.
-¿El de la Aldea Oculta de la Hoja? -preguntó Tenten sorprendida.
-¡Sí!
A todos les gustó la idea, así que se pusieron manos a la obra. Cogieron unas barras rectangulares transparentes conductoras del calor para que transportaran el fuego. También pegamento para que se juntaran las barras. La terminación de la hoja acabaría en los fuegos artificiales, así que el fuego debe empezar en el centro de la espiral.
Empezaron por el principio, en el centro de la aldea. Allí cogieron unas barras para colocarlas verticalmente y encima de ellas un pebetero que sería tocado por la antorcha.
-Choji, ¿puedes con todas esas?
-¿Me lo estás preguntando, Asuma-sensei? -dijo Choji cargado de barras.
-Ya ves que puede más que tú -chuleó Kurenai a Asuma.
-¡Yo sí que puedo! -dijo Rock Lee entusiasmado.
-¡Vamos Lee! ¡Esa es la fuerza de la juventud!
-¡No me superaras Guy-sensei!
-Vaya con estos dos...
Shino utilizaba sus insectos para que transportaran algunas barras.
-¡Shino, estás haciendo el trabajo sucio! -se mosqueó Kiba.
-Estoy dando de mi parte, igual que tú.
-¡Igual que yo no!
-No os peleéis chicos -dijo Hinata asustada echando pegamento.

Mientras bromeaban y trabajaban con rapidez, Naruto y los demás estaban a punto de llegar a la torre del anciano:
-Debe de ser por aquí -dijo Sasuke.
Sai subido a uno de sus halcones de tinta, buscaba desde el cielo:
-Allí -dijo señalando la dirección.
Todos se dirigieron a la casa, rodeada de árboles. Kakashi llamó a la puerta y el anciano asomó la mirada con el pestillo puesto.
-¿Quiénes sois?
-Venimos por la antorcha -dijo dándole la ficha firmada por Tsunade.
-Vaya, así que es por eso. Pasad.
Todos pasaron asombrados de lo grande que parecía la casa desde dentro. Se dirigieron a la parte trasera donde tenía un bonito jardín en el centro del cual había una fuente y la antorcha sobresaliéndola.
-¡Qué grande! -se sorprendió Naruto.
-Claro, que tiene que iluminar toda la aldea, ¿qué pensabas? -preguntó Sakura sin esperar respuesta.
-Pues que fuera un poco más pequeña. ¡Aunque yo la podré llevar!
-Estupendo, si es lo que quieres -dijo Yamato sonriendo.
Naruto la intentó coger y no la levantó ni un solo palmo del suelo.
-Vale, esperad -disimuló Naruto-, estaba probando si alguien como Sasuke con menos fuerza podría, y sí, yo creo que hasta él lo haría.
-Siempre igual... -dijo Sasuke serio.
Naruto volvió a intentar levantarla y lo consiguió, pero sin mantenerla demasiado tiempo sujeta, así que la volvió a dejar.
-Anda Sasuke, va, tan listillo que eres, comprobemos si puedes -Naruto se escaqueó.
Sasuke fue y la levantó aunque con unos sudores notables. La dejó en el suelo.
-¿Pero por qué la dejas en el suelo? -preguntó Naruto.
-Tú eras quien quería cargar con ella -también se escaqueó Sasuke.
-Sí, pero entonces quedamos en que no has podido levantarla, ¿no? -se rió.
-¡Pero que te he dicho que como tu querías llevarla, pues la llevas tú! -Sasuke se acercó a Naruto.
-¡Pero porque tú no has podido! -Naruto se acercó a Sasuke.
-¡Cállate y llévala!
-¡Cállate tú!
-A ver si os daréis otro beso... -susurró Sai.
-¡¿Qué has dicho?! -dijeron al unísono Naruto y Sasuke.
-¿Qué pasa? No hay nada de malo en que os beséis...
Estos dos se dirigieron hacia Sai con enfado y a éste le desapareció su sonrisa, retirándose unos pasos atrás. Mientras, Kakashi y Yamato no podían evitar reírse ante esta situación.
-Bueno, ¿podemos irnos ya? -preguntó Sakura levantando la antorcha tan tranquila.
-Vaya con la chica -dijo el anciano.
-Sa-Sakura-chan -se sorprendió Naruto, así como Sasuke y Sai-, ¿cómo puedes levantar la antor... digo... ¡muy bien Sakura-chan! ¡Así se hace!
-Venga Naruto, no disimules, que no la podías aguantar.
-Sakura-chan... -puso cara triste y se dirigió a Sasuke-. ¡Él tampoco!
Cuando volvían a discutir, Yamato cogió a Naruto y Kakashi a Sasuke separándolos.
-Venga -dijo el de pelo blanco-, que tenemos que volver.
-Sí -ahora fue el anciano-, pero antes dadme el dinero que me corresponde.
-¿Qué dinero?
-Pues el de tener la antorcha aquí, en mi casa.
-Pero la Hokage no nos ha dicho nada de pagarte.
-¿Y acaso creéis que ella os iba a dar el dinero?
-Pero si no es de ella.
-Ya, pero ya sabéis cómo le gusta...
-Está bien, pues tendremos que pagarte -dijo Kakashi buscando en su bolsillo- parece que yo no he traído nada. ¿Vosotros?
-Tampoco -dijero todos excepto Naruto.
-¡¿Por qué me miráis a mí?! Yo no le voy a pagar algo que le debe la anciana.
-Naruto...
-¡Qué no pienso pagarle, lo siento señor!
-Naruto -dijo Yamato poniendo su cara de miedo a un palmo de la de Naruto.
-Está bien, está bien.
Naruto miró en su bolsillo y le dio todos los ahorros que tenía guardados en su monedero de rana.
-Muchas gracias chico -le dijo el anciano-, espero que recuperes todo lo que llevabas.
-Sí... después se enterará la vieja -dijo enfadado apretando los puños.
-Bueno, que vaya bien el viaje y la entrada al año nuevo.
-¿Usted se quedará aquí? -preguntó Sakura.
-Sí, no puedo ir hasta la mansión de la Hokage y volver. Es mucho camino.
-... ¿Y si le llevamos con nosotros?
-No hace falta, de verdad, pero muchas gracias.
-¡Que sí viejo! -exlamó Naruto-. No se puede quedar aquí sin tomar las uvas ni ver el fuego recorriendo las calles después de tener custodiada la antorcha.
-Tienen razón. Recoja sus cosas y coge lo que necesite. Le esperamos.
Los ninjas le esperaron en la puerta, el anciano salió y regresaron a la aldea con la antorcha cogida por Sakura ayudada por Naruto y Sasuke.

-¡Vamos, que ya falta menos! -animó Guy.
-¡Sí! -ahora Lee-. ¡Nuestro esfuerzo dará sus buenos resultados esta noche!
Todos se dieron más prisa porque el tiempo pasaba. Hinata también y el pegamento se le fue de las manos. Tanto apretar durante bastante tiempo que llegó un punto en que echó, pero no en su sitio, sino en el pelo de Tenten.
-¡Ayyayy!
-¡Perdón Tenten! Ahora te lo quito...
Hinata cogió el poco pegamento que tenía Tenten en la cabeza que era una cola bastante fuerte para que el fuego no saliese disparado por ningún sitio. Pero... Hinata se quedó unida a Tenten.
-¡Hinata, saca las manos ya!
-...Creo que yo también me he quedado pegada...
-¡¿Qué?! ¡Ayuda!
-¡¿Qué pasa chicas?!
-¡¿Es que no lo ves, Lee?! ¡Sácanos este pegamento ya!
-¡Ahora mismo!
-¡Pero...
Ya era demasiado tarde, Lee colocó sus manos en la cabeza de Tenten y quedó atrapado. Volvieron a llamar a alguien y esta vez, todos se quedaron mirando a los tres bien unidos. Hinata se puso roja como un tomate, sabiendo que fue ella la que armó este lío. Se desmayó, cayendo al suelo y haciendo que los otros dos también cayeran.
-No es el mejor momento para ponerse a dormir, Hinata...
-Usaré mi cuchilla de chakra para sacar el pegamento -se preparó Asuma-. No os mováis que os puedo cortar.
.¡No, Asuma-sensei! -gritó Ino-. Que le puedes cortar el pelo a Tenten.
-¡¿Qué?! No quiero quedarme sin pelo...
-Usaré mi taijutsu para sacaros esa bola -dijo Neji.
-¡No Neji! Bueno, confío en ti, pero quiero conservar mis queridos moños.
-Esperad -salió al primer plano Shino-, puedo usar mis insectos para que muerdan el pegamento.
-Pues creo que será la mejor idea -asintió Kurenai.
Hinata se despertó cuando vio unos bichos en sus manos pero se tranquilizó sabiendo que eran los de Shino. A Tenten no le hacía mucha gracia, pero era lo mejor. Después de unos segundos de todos en tensión, Tenten, Hinata y Rock Lee quedaron libres.
-¡Bien, mi pelo está perfecto!
-Muchas gracias Shino -dijo Hinata.
-¡Sí! -dijo Lee estirando el brazo derecho hacia el de gafas negras con el pulgar hacia arriba.
-¿Qué hacéis aquí parados? -interrumpió Naruto cuando él y los demás llegaron.
-Nada, un problemilla que hemos tenido -dijo Tenten-, eh Hinata.
-Y-yo-yo lo-lo siento mucho Naruto-kun. Ha sido culpa mía.
Naruto la miró y ésta enrojeció pero Kakashi prosiguió:
-Sakura, Yamato, Kunio -el anciano- y yo debemos llevar la antorcha a un lugar seguro hasta esta noche. Vosotros quedaros aquí y ayudadlos con lo que falta.
-¡Claro que sí! -saltó Naruto-. Ahora nos vemos, Sakura-chan.
-Que sí, pesado...

Fueron a dejar la antorcha en un almacén sellado únicamente para ella. Luego fueron a visitar a Tsunade para decirles que ya la tenían.
-¿Qué pasó con mi dinero, Hokage?
-¿Qué dinero? -preguntó riéndose.
-¡El que te has gastado jugando a las apuestas!
-Aaa.. ese.. pues ya no lo tengo -volvió a reír nerviosa.
-Dale gracias al chico rubio, que es él quien me ha dado el dinero.
-¿Naruto?
-Sí -respondió Kakashi.
Se fueron los cuatro de la sala y los tres ninjas ayudaron a los demás con lo que faltaba. El anciano se quedó en una habitación que le hospedó Shizune.

Llegó la noche y ya tenían todo preparado. Las sillas y las mesas las montaron Konohamaru y sus amigos. Cenaron todos juntos, como una gran familia. El camino que construyeron no estorbaba tanto como habían pensado. Si tenían que cruzar a la otra banda lo hacían por encima.
Una vez terminaron de cenar, todos se prepararon las 12 uvas que se comerían, algunos les quitaron las pepitas y otros no.
-Choji, no te comas todas a la vez -dijo Shikamaru.
-Aa, ¿qué todavía no se pueden comer? -preguntó Choji con la boca llena de uvas.
-¡Choji! -dijo Ino dándole otras 12 uvas para el momento-. Ten, y no te las comas hasta que no suenen las campanadas.
-Hinata -se dirigió a ella Kiba-, este año lo tienes que hacer.
-¿Qué tengo que hacer?
-Pues confesar tus sentimientos a ya sabes quién.
-¡¿Qué..!?
-Confiamos en ti, ¿verdad Shino?
-Sí, Hinata. Llegará un día en que lo podrás hacer. Esta noche puede ser el día.
-Sí... ¡¿Esta noche?!
-¡Claro! Mira, ahí viene...
-¡¿Qué?! ¡¿Dónde?!
-Era broma -Kiba se rió.
-No le hagas estas bromas, Kiba -dijo Shino.

Alguien tenía que coger la antorcha y hacer que el fuego fluyese durante los últimos segundos del año 2017. Y no fue otro que Jiraiya. Preparado para que el fuego tocase el pebetero, llegó el momento, primero los cuartos y luego las campanadas. Al sonar la primera, Jiraiya giró la antorcha y a medida que sonaban las demás campanadas, el fuego recorría la aldea por el camino que construyeron. Verlo desde el cielo sería espectacular, ver cómo se va iluminando la villa en forma de hoja. Una vez comieron todas las uvas, Tsunade habló bien fuerte desde la terraza de la mansión:
-¡Feliz Año Nuevo 2018!
Y cuando lo dijo, por detrás de la Mansión Hokage se asomaron bien alto los fuegos artificiales llenos de color.
El fuego recorriendo la aldea desprendía una mágica luz e iluminaba aquellos defectos que habían sido el pasado año y que ya no lo eran.
Todos se desearon un Feliz Año Nuevo, entre ellos Ino y Sai, Sakua y Sasuke y Naruto e Hinata. El año empezaba bien, sonriendo, riendo, brindando, bailando y cantando. Todo era alegría pura.
El anciano Kunio conocía gente de la aldea y pasó la noche con ellos, pero también con nuestros protagonistas que no le dejaron de lado. Una vez acabó la noche, decidió volver a su casa, pero Naruto, Sakura y Sasuke le acompañaron.
Cuando llegaron les dio las gracias por haberle acompañado, tanto de ida como de vuelta.
-Ten, chico, te devuelvo el dinero -se dirigió a Naruto.
-¿Tu dinero?
-Sí, me has ayudado y acompañado, así que la mejor manera de agradecértelo es devolviéndote los ahorros.
-No, señor Kunio, ahora son tuyos, de veras. No los necesito.
-¿Estás seguro?
-Segurísimo. Noches como esta recompensan cualquier cosa.
-Muchas gracias, chico.
-Gracias a ti -habló Sakura-, por custodiar la antorcha.
-¡Ya nos veremos, señor! ¡Feliz Año Nuevo!

Los tres ninjas de despidieron del señor Kunio y volvieron a la aldea. Mientras regresaban, Sakura se acercó a Sasuke y Naruto se acercó a Sakura. Ésta lo empujó para que la dejara a solas con su amor.
-Au, Sakura-chan...
-Era broma -Sakura se rió-. Ven, anda.
Sakura pasó sus brazos por los hombros de los dos chicos, cada uno a un lado y continuaron su camino. El pasado año habían vivido muchas aventuras pero el 2018 que acababa de empezar sería aún mejor, con muchas experiencias que les quedaban por vivir.
-¡Feliz 2018!